Hay personajes en la historia de la Humanidad que, ya sea por su carisma o por sus logros, se han convertido en leyenda; este es el caso que nos ocupa hoy: un hombre cuyo apellido anticipa una mezcla de ciencia ficción y magia.

Tan creativo como Leonardo da Vinci, tan visionario como Julio Verne y tan enigmático como Gaudí, Nikola Tesla es uno de los hombres más admirados en materia de avances tecnológicos. De origen croata, Tesla fue ingeniero, mecánico e inventor, pero sus mayores descubrimientos estuvieron relacionados con la electricidad y el electromagnetismo.

Dotado de una gran inteligencia, cursó sus estudios de ingeniería en Austria, después comenzó a trabajar en la Compañía Nacional Telefónica para, a continuación colaborar con Thomas Alva Edison en su compañía eléctrica, pero sus diferencias fueron notables desde el primer momento y fue famosa su «guerra de corrientes» en la que Edison defendía la corriente la continua y Tesla la corriente alterna, que es la que se utiliza actualmente. La relación con Edison terminó de mala manera por la rivalidad entre ambos y decidió emprender por su cuenta con la financiación de empresarios que creían en sus inventos, aunque algunos les resultaban un poco excéntricos. Fundó varios laboratorios, pero el principal estaba situado en Colorado Springs y fue donde erigió su mítica torre-antena de 57 metros de altura diseñada para la telefonía comercial transatlántica, aunque sus experimentos de alta tensión causaban temor. Otros de sus inventos míticos fueron la bobina Tesla, los rayos X, las luces de neón, el altavoz, el motor eléctrico… e incluso teorizó sobre la transmisión de la materia aplicada a los viajes en el tiempo, además de una posible arma letal llamada «Rayo de la Muerte».

Construyó un barco con control remoto inalámbrico y anticipó la comunicación por radio, pero más interesado en elaborar sus ideas que en patentarlas, no pudo evitar que Marconi se le adelantara en desarrollar el concepto y registrarlo, obteniendo el premio Nobel de Física por su contribución a la telegrafía sin hilos.

Nikola Tesla está considerado como uno de los inventores más importantes del siglo XIX. Para él, la ciencia siempre debía estar al servicio de la Humanidad, y por eso siempre quiso que la energía eléctrica fuera gratuita y universal.