La leyenda griega de la Atlántida cuenta la historia de una isla situada más allá de las Columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar). Una isla con un gran desarrollo cultural y militar que llegó a dominar el suroeste de Europa y el norte de África, y que solo el enfrentamiento con Atenas y una extraña y desconocida catástrofe consiguió detener. No sobrevivió prácticamente nadie y todo el esplendor de esa magnífica cultura desapareció sin dejar rastros, excepto unos manuscritos que aparecieron en Egipto siglos después y con los que Critias recompuso el relato.
Las descripciones y detalles precisos llevaron a la conclusión de muchos investigadores de que la historia era real, que la Atlántida era real e incluso se la llegó a considerar como la cuna de la civilización relacionándola con diferentes culturas, ¿pero dónde se ubicaba exactamente? Y casi lo más importante y misterioso, ¿por qué desapareció?
El interés por la Atlántida llevó incluso a incorporarlo a la literatura, como hizo Julio Verne, pero también a ser investigado por los nazis incluyendo diversas expediciones para localizarla. Predicciones, misticismo, convenciones de investigación y diversas hipótesis que no concluyeron en nada. Azores, Canarias y Antillas se consideraron como restos de la perdida isla de la Atlántida que se pensó estaba situada entre el continente europeo y el americano. También se la relacionó con Creta, como origen de la leyenda, pero la hipótesis más afianzada es la que identifica la Atlántida con la antigua civilización de Tartessos. Esta teoría del arqueólogo alemán Adolf Schulten no era nueva, ya que retomaba la del historiador español del siglo XIX Francisco Fernández y González, y de José Pellicer de Ossau, historiador y filósofo de 1673.
Tartessos comparte con la Atlántida el hecho de haber sido una próspera y avanzada sociedad, y al parecer las dos desaparecieron bajo el mar. Tampoco se sabe la ubicación exacta de Tartessos aunque varias investigaciones la sitúan en el Parque Nacional de Doñana que comprende Huelva, Sevilla y Cádiz.
La exportación de minerales como oro, plata, hierro, plomo y estaño era la base de su economía comercial. Las excavaciones arqueológicas de la zona han encontrado gran cantidad de joyas (el tesoro del Carambolo), estatuas y objetos lujosos de marfil, vidrio o cerámica representando figuras religiosas relacionadas con Astarté y Baal lo que lleva a pensar en una religión politeísta. Tenían su propio idioma desconocido hasta el momento y que aparece en algunas tumbas.
Se hace referencia a Tartessos en diferentes escritos antiguos como en un mapa griego bizantino, y también lo mencionan Estrabón y Plinio el Viejo. No está claro el motivo de la desaparición de esta floreciente sociedad; se habla de una derrota económica, agotamiento de minerales, por guerras o por la decadencia política tras la muerte de su mayor exponente: el rey Argantonio; también se alude a un cambio climático que provocaron diversas inundaciones.
Tan misteriosa y enigmática como la Atlántida, los secretos de ambas civilizaciones parece que residen en el fondo del mar.